Llegamos a la parte final de nuestro lema Yo escojo , para ver las anteriores, puedes visitar nuestro ÁrBLOG
El fin último que tenemos como padres es enviar a este mundo hombres y mujeres independientes, responsables, que se conviertan en ciudadanos capaces de transformar su entorno para bien.
Los niños crecen muy rápido, de un día para otro dejan sus carritos o muñecas y se convierten en jóvenes. El tiempo que como padres tenemos para influenciarlos y moldearlos es limitado. No se diga el de los educadores. Ellos crecerán, y no siempre podremos estar al lado de ellos para indicarles qué es lo correcto e incorrecto, lo bueno o lo malo. Por ello debemos prepararlos, y capacitarlos para que por ellos mismos logren enfrentarse a la vida y resolver los conflictos que esta les depare.
Hay un cuento de los nativos americanos Cherokee que me parece genial para explicar este enunciado:
Un anciano indio Cherokee invitó a los niños de la aldea a sentarse en circulo para contarle un cuento sobre la vida, sobre los distintos caminos que podemos elegir para seguir en la vida…
El indio les dijo:
– Hay una batalla que siempre ocurre en mi interior y que también estará en vuestro interior… es una gran pelea entre dos lobos:
Un lobo representa: el miedo, la ira, la envidia,
la pena, la avaricia, la arrogancia, la culpa, el resentimiento,
la inferioridad, las mentiras,
el falso orgullo, la superioridad y el ego.
El otro lobo es: la alegría, la paz, el amor,
la esperanza, el compartir, la serenidad,
la humildad, la amabilidad, la benevolencia,
la amistad, la generosidad, la verdad y la fe.
El anciano miró a los niños y les dijo:
– Esa misma lucha está teniendo lugar en vuestro interior y en el de cualquier persona que viva.
Los niños se quedaron pensando un momento y uno de los nietos le preguntó al abuelo:
– ¿Y cuál de los dos lobos ganará?
Compartí este cuento con los chicos de la escuela. Y justo en esta pregunta, nos detuvimos para discutirla, – ¿Qué creen ustedes? Les pregunté, para mi sorpresa la mayoría respondió: -el bueno, porque el bien siempre gana. Solo uno de los chicos me respondió: -dependerá de quien es más fuerte. Exacto:
Y el anciano Cherokee respondió:
– Ganará el lobo al que más alimentes.
Cuando los niños y adolescentes tienen convicciones fuertes, y están llenos de buenas actitudes lograrán tomar por ellos mismos buenas decisiones. Y para ello, creo que es muy importante poder establecer la diferencia entre el “quiero” y el “debo”, de este tema hablamos la semana pasada en YO DEBO Hay momentos en que todos quisiéramos seguir el yo quiero, pero debemos entender que este viene ligado al yo debo. No hay que confundir tampoco que en la medida que llene mi día de debo, solo de responsabilidades y no de quiero es lo bueno. No, uno está ligado al otro.
Es fácil pensar que lo que quiero aparecerá por arte de magia sin ningún esfuerzo. Por ejemplo, Si quiero escribir un blog, no me baja del cielo, debo leer, estudiar, pensar, saber las reglas básicas de gramática, sentarme y comenzar a redactar, borrar, repensar, reescribir, etc. Si alguien quiere ser músico o cantante, deberá esforzarse y ensayar. Es fácil fantasear con el quiero sin recorrer el camino de la responsabilidad. Todo lo bueno, requiere de trabajo y esfuerzo.
¿Cómo podemos fortalecer las convicciones en nuestros hijos? ¿Cómo podemos contribuir a que su voluntad sea robusta? Por medio de las elecciones. A diario tomamos decisiones y elegimos y son estos pequeños pasos los que nos preparan para formar una voluntad fuerte, para tomar esas grandes decisiones cuando somos adultos. No podemos esperar a que nuestros hijos escojan en si terminar sus tareas o ir a jugar cuando no los dejamos ni decidir qué camisa ponerse. De seguro se equivocarán en alguna elección que hagan, pero es de los errores que aprendemos.
Tomando pequeñas decisiones todos los días, es como nuestros hijos pueden fortalecer su voluntad. Y como el cuento del lobo nos ha enseñado, esas decisiones se verán influenciadas por las ideas con las que los alimentamos. Para que nuestros hijos saquen su mayor potencial y se conviertan en las mejores personas que ellos pueden llegar a ser, es necesario instruir y entrenar su razonamiento y su conciencia para que tomen esas decisiones difíciles que requieren un gran esfuerzo de voluntad.
Por: Ethel Turcios. Creadora y Directora de la Escuela Alternativa Árbol de Vida