Cuando enseñamos este lema a nuestros estudiantes, no se trata de simplemente llenar sus mentes con información para que después las repitan sin sentido. A través de este lema, buscamos moldear sus vidas de una manera integral. Moldeamos la mente, la voluntad, las emociones y las creencias de nuestros estudiantes o hijos.

Moldear no es lo mismo que llenar. Cuando vemos a nuestros hijos como productos u objetos inertes tratamos solo de llenarlos como que fueran una caja vacía. Pero nuestros hijos son personas, con sus propios gustos talentos y habilidades. Como padres o maestros nuestra labor es ayudarles a caminar el camino, su camino, dotándolos de herramientas que les serán útiles para recorrer ese camino.

Cuando tratamos solo de “llenar” sus mentes, volvemos a nuestros hijos inseguros, dependientes e inestables.

A veces les enseñamos a obedecer por temor, o por imposición. Y los niños aprenden a decir sí o no sin entender por qué. Cuando llegan a jóvenes se enfrentan a situaciones más complejas y si ellos no tienen las herramientas necesarias para afrontarlas vivirán imitando a otros o tomando decisiones por compromiso.

Nuestra labor es ser guías. No hacerlos nuestros clones. Nuestra labor es lograr que cada uno de nuestros hijos o estudiantes logren ser personas independientes, autodidactas, autónomas que den un aporte positivo para esta sociedad. No siempre podremos estar al lado de ellos, no siempre podremos decirles que escoger, o qué hacer. Pero sí podemos dotarlos de herramientas para que ellos mismos puedan enfrentarse a la vida. Llegará el tiempo en que ellos tendrán que escoger, ya no solo por qué color de camisa me pongo o si hago o no la tarea. Tendrán que tomar decisiones trascendentales.

Llegará el día en que se enfrentarán a la presión de grupo, a hacer lo correcto o no, a validar las creencia o valores que como padres o maestros les hemos enseñado y es ahí donde debemos confiar en que escogerán lo correcto. Pueda ser que se equivoquen, está bien, todos cometemos errores, lo importante es aprender de estos. Es difícil como padres ver sufrir a nuestros hijos, todos quisiéramos evitarles el mayor dolor posible, pero no podemos vivir la vida por ellos. Cuando lo hacemos, solo estamos retardando el aprendizaje y los volvemos miserables.

Por eso es que este lema de “Yo soy, yo puedo, yo debo y yo escogeré” es una forma increíble para ayudar a moldear la vida de nuestros hijos y estudiantes y dotarlos de herramientas que les ayuden a construir su camino.

En un próximo blog explicaremos cada enunciado.

Por: Ethel Turcios. Directora y creadora de #ÁrbolDeVida